abril 14, 2010

Cuando los mercados son veneno Aprender sobre política climática de la crisis financiera. Parte IV

Larry Lohmann. THE CORNER HOUSE
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Compensación Quantista y sus Contradicciones


Un ejemplo de una corporación que usa las compensaciones para mantener su dependencia de los combustibles fósiles es la compañía alemana RWE, que planifica encontrar sus objetivos de contaminación bajo el ETS de la Unión Europea, no recortando sus emisiones considerablemente en casa, sino más bien invirtiendo dinero en proyectos de compensación de las Naciones Unidas, proyectos que destruyen el óxido nitroso (un gas invernadero poderoso) en fábricas en Egipto y Corea del Sur y HFC-23 (un gas aún más poderoso que fuerza al clima) en plantas químicas en China. RWE también explora la posibilidad de comprar créditos de carbono de los proyectos que capturarían y quemarían el metano (otro gas invernadero dañoso) de vertederos y minas de carbón en China y Rusia. 232

Tales proyectos de "gases industriales" "o de destrucción de gases" configuran una manera espectacularmente "rentable" de “dirigir el cambio climático” - a pesar de que no hacen nada para dirigir la pregunta sobre los combustibles fósiles - debido a las equivalencias configuradas por los arquitectos del mercado climático entre varios gases invernaderos. En los años 90, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) inventó una nueva abstracción llamada "el potencial de calentamiento global" que conmensuraba el óxido nitroso (N2O), HFC-23, el metano y otros gases invernaderos según como ellos se comparaban con el dióxido de carbono en su impacto climático.233 La suposición era que el impacto climático de una acción puede ser medida únicamente por el número de moléculas de dióxido de carbono (o, ahora, "equivalente de dióxido de carbono") que esta libera. El óxido nitroso fue estipulado para ser 298 veces más poderoso que el dióxido de carbono en un horizonte de tiempo de 100 años, el HFC-2 14.800 veces;234 habían diferente cifras para horizontes de 25 y 50 años.

Conmensurando todos estas simplificaciones y abstracciones de gases: ellos varían en sus efectos a lo largo de tantos ejes diferentes y escalas de tiempo, y algunos de sus efectos e interacciones todavía siguen en disputa, que decir que uno de ellos es exactamente x veces tan peligroso como otro debe suscribirse a una parodia linealizada de cómo los sistemas del clima funcionan. Reflejando esta arbitrariedad, el IPCC fue considerablemente revisado, entre 2001 y 2007, y muchos de los factores de conversión usados para equiparar los gases. El factor de 100 años para el HFC-23, por ejemplo, fue aumentado en más del 23 por ciento, permitiendo en una pulsación la producción de unos millones de toneladas más de créditos de carbono. Tales actos de conmensuración, de nuevo, sostuvieron la liquidez del mercado a costa de reducir un problema de trayectoria histórica a uno de medida de sustancias químicas: las compensaciones de destrucción de gases ayudan a retrasar cambios de la producción orientada a los fósiles entre los compradores de créditos y fallan para contribuir a senderos históricos no fósiles en sus países receptores del Sur.235

Como el ejemplo sugiere, los “quants” juegan un papel tanto en la producción de mercancías para los mercados de compensación de carbono como en la producción de mercancías para el comercio de derivados financiero. Pero sus esfuerzos van mucho más allá de simplemente conmensurar diferentes gases de efecto invernaderos. Lo que es más importante, para cada proyecto de compensación, los consultores de carbono deben identificar un único guión que describa un mundo hipotético sin el proyecto, y luego asignar un número a las emisiones de gas invernadero asociadas con aquel mundo. Ellos entonces restan de este número la cantidad de emisiones asociadas con el mundo real que contiene el proyecto para sacar el número de créditos de carbono que el proyecto puede vender. De ahí que igual que los “quants” financieros intentan desagregar diferentes clases de incertidumbre de sus contextos, los “quants” del carbono deben desenmarañar los proyectos de compensación de carbono de una imaginaria “línea de fondo” para mostrar que los proyectos son "adicionales" y cuantos créditos generan. Así, ellos se ven obligados a contratar esfuerzos creativos, de modo similar, para domesticar, simplificar y cuantificar las incertidumbres. Los “quants” del carbono deben presentar el escenario sin proyecto (de compensación) no como algo indeterminado y dependiente de una opción política, sino como algo mensurable, singular, determinado y una cuestión de predicción económica y técnica. Los mercados de compensación requieren un número único, en otras palabras, ascienden a la suposición metodológica de que “ningún otro mundo es posible.”

Esta suposición, como Kevin Anderson, Director del Centro Tyndall del Reino Unido para la Investigación del Cambio Climático, observa, es "un concepto sin significado en un sistema complejo." Como Anderson explica, "la línea de fondo" contra fáctica contra la cual los ahorros de emisiones, pretendidos por un proyecto de compensación de carbono, deben ser medidos debe ser calculada a más de 100 años, para estar en correspondencia con el tiempo de permanencia aproximado del dióxido de carbono en la atmósfera. Por ejemplo, una instalación eólica en la India puede decirse que genera créditos de carbono porque esta ahorra, en un siglo, combustibles fósiles además de los que habrían sido ahorrados sin el proyecto:

Pero las turbinas de viento darán el acceso a la electricidad, lo que dará el acceso a una televisión que dará el acceso a los anuncios que venden pequeños scooters, y luego algún empresario establecerá un pequeño depósito de gasolina para los pequeños scooters, y otro empresario comprará algunas furgonetas en vez de usar bueyes, y todo eso aumentará durante los próximos 20 o 30 años... Si usted puede imaginarse a Marconi y a los hermanos Wright que se reunieran a hablar si en 2009, EasyJet e Internet se ayudarían mutuamente a través de las reservas por Internet, esto es el nivel de certeza... que usted tendría que tener sobre ese período. Usted no puede tener esto. La sociedad es intrínsecamente compleja."236

A largo plazo, no puede haber ninguna prueba de que las instalaciones eólicas desplacen (más bien que simplemente complementar o incluso aumentar) el empleo total de combustibles fósiles. Incluso la pregunta de si un proyecto va más allá del negocio como es habitual en el ahorro de carbono, como el comerciante de carbón Mark C. Trexler y colegas notaron hace años, “no hay un respuesta técnicamente correcta”. 237 Líneas de fondo de proyecto "no pueden ser medidas," admite otro experto 238 Como Dan Welch de Ethical Consumer lo resume, "Las compensaciones son una mercancía imaginaria creada deduciendo lo que esperas que pase de lo que tu adivinas que habría pasado."239

Una de las fuentes de la complejidad que derrota cualquier tentativa de calcular las compensaciones son los propios proyectos en sí mismos. Primero, como el “cap and trade”, las compensaciones son diseñadas de una manera que ayuden a afianzar o incluso a aumentar la dependencia de los combustibles fósiles en el Norte industrializado. Mientras cada proyecto de compensación separado tendrá tales efectos perjudiciales de clima, aquellos efectos son, literalmente, incalculables. En general, la Unión europea ha propuesto que se permitan a los estados miembros usar créditos de compensación para conseguir más de la mitad de sus modestos objetivos de reducción de emisiones en el período 2008-2020.240 Conforme a la Waxman-Markey Act, mientras tanto, las emisiones estadounidenses no bajarían por debajo de los niveles de 2005 hasta 2026, gracias a unos miles de millones de toneladas de créditos de compensación comprados del extranjero.241 En efecto, entonces, las compensaciones son agujeros abiertos en los “caps” (cupos máximos de emisiones de gases invernaderos) anunciados por los gobiernos de los países industrializados (Figura 5).



En California, las compensaciones planificadas conforme a un programa de comercio regional ayudarán a hacer posibles 21 nuevas plantas generadoras alimentadas por combustibles fósiles - todas ubicadas en las más pobres, comunidades predominantemente de color - usurpando financiación que podría ir, en cambio, a inversiones de eficacia energética, renovables y programas de reacondicionamiento de energía que crearían grandes números de empleos verdes posibles para las comunidades desheredadas.242

Segundo, las compensaciones también tienden a reforzar un camino industrial dependiente de los fósiles en el Sur, exacerbando aun más el cambio climático - y haciéndolo, además, de modos que no pueden ser predichos o calculados en unidades discretas comerciables. Mientras las compensaciones han sido defendidas por gobiernos europeos como un modo de ayuda a la financiación de los esfuerzos del Sur para emprender un camino de desarrollo "más verde", y como un estímulo para los exportadores del Norte para desarrollar tecnologías de energía innovadoras renovables, la mayor parte de los créditos de compensación de carbono del Protocolo de Kyoto son generados, no por la energía renovable, sino por los proyectos que refuerzan los intereses industriales establecidos, incluyendo intereses de combustibles fósiles. En verdad, mucho del sector financiero y compradores igualmente han gravitado hacia aquel segmento del mercado de compensación en el cual los créditos de carbono son, en apariencia, más fáciles de calcular dadas las premisas de construcción de la mercancía – proyectos de HFC y N2O, el metano de minas de carbón, entierro de gas, etcétera, etcétera.243 Estos son precisamente los proyectos que parecerían hacer la menor parte de contribución a la transformación sistémica y de infraestructura social necesaria para retirar progresivamente los combustibles fósiles. Desde diciembre de 2008, tres cuartos de loa créditos de compensación de Kyoto emitidos fueron fabricados por grandes firmas que hacen ajustes técnicos menores en unas pocas instalaciones industriales para eliminar HFCS y N2O (mirar gráfico: "Compensaciones de carbono en la práctica ",). Ningún crédito vino del desarrollo de energía solar o de las mareas.244

Se puede argumentar que hacia 2020, se espera que la proporción de créditos de HFC y proyectos de N2O disminuyan a un cuarto (aumentando en diez veces en términos absolutos). Pero esto no es debido a ninguna tendencia hacia proyectos que verificablemente contengan el flujo de carbono fósil de la tierra, sino por un crecimiento en, por ejemplo, los créditos de proyectos de hidroelectricidad (más del 19 por ciento), la mayor parte de los cuales fueron planificados o estaban en construcción antes de que las finanzas del carbono fueran consideradas;245 quema de biogas (el 8 por ciento); fuel switches (el 7 por ciento) y esquemas para quemar el metano que rezuma de las minas de carbón (el 5 por ciento). Los créditos de energía solar y de mareas permanecerán insignificantes, y aunque los créditos de energía eólica se eleven al 8 por ciento del total, el grado al cual el viento desplaza, más bien que simplemente se añade a, la energía fósil, es discutido, como son las otras ventajas de las granjas eólicas industriales gigantescas.246

Los proyectos de compensación emprendidos fuera del marco de Kyoto tienen un perfil, que de alguna manera, prestan más incluso su apoyo al empleo de combustibles fósiles: las compensaciones que son vendidas en el mercado voluntario incluyen créditos generados de usar el dióxido de carbono para bombear el petróleo pegajoso restante en el fondo de pozos casi agotados, y hay un fuerte cabildeo para permitir a las centrales eléctricas de carbón generar posteriores derechos de contaminación capturando el dióxido de carbono de sus montones, licuándolo y bombeando el producto fuertemente alcalino al subsuelo "vertederos de deshechos tóxicos".247

A veces se dice que una vez que el mercado haya escogido "la fruta más a mano" del huerto de las compensaciones, este buscará esquemas más difíciles, caros y útiles que en realidad funcionan para apresurar la transición lejos de los combustibles fósiles. Esto, sin embargo, es entender mal la estructura de incentivos que el comercio de las compensaciones provee a los innovadores, que no son las de desarrollar soluciones para el clima, sino más bien encontrar o inventar nuevos "equivalentes de reducciones de emisiones" que pueden ser usados en la fabricación de bloques sustanciales de créditos baratos de carbono para la venta. La década pasada ha visto propuestas para compensaciones de carbono que van de la reorganización de señales de tráfico a la siembra de los océanos con urea para estimular el crecimiento de algas a no montar en ascensores; en palabras de un banquero del carbono, "no nos quedaremos sin opciones baratas de CDM [Mecanismo de Desarrollo Limpio] en un futuro próximo."248

Uno de los ejemplos más importantes de tal aparición de "opciones baratas" es REDD - "Reduciendo Emisiones de la Deforestación y de la Degradación Forestal". En la carrera hacia las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas de diciembre de 2009 en Copenhague (en la cual las partes apuntan a acordar un marco para mitigar el cambio climático después de 2012 cuando el primer período de compromiso del Protocolo Kyoto finalice), firmas de Wall Street, grandes organizaciones de conservación de la naturaleza de Washington, consultores de carbono, silvicultores, economistas, científicos y representantes gubernamentales de varios países, están comprometidos en una asidua campaña de cabildeo que en última instancia apunta a obtener unas reglas de las Naciones Unidas revisadas, que permitan la creación de unos mil millones de toneladas de licencias de contaminación baratas REDD. Igual que los proveedores de hipotecas alimentaban la cadena de producción de obligaciones de deudas garantizadas amontonando las firmas de eventuales compradores de casas en contratos anticipados, los consultores de carbono procuran dar carne a la nueva ecuación "conservación forestal = a reducciones de emisiones de combustibles fósiles" y han estado extendiéndose por las áreas rurales de países como Indonesia y Papúa Nueva Guinea en busca de "socios" anticipados para promocionar proyectos forestales de carbono que produzcan créditos. Un número de escándalos considerables ya han ocurrido.249

Irónicamente mientras tanto, permanece abiertamente reconocido que hay obstáculos insuperables a la contabilidad de las compensaciones de REDD. En verdad, las compensaciones bióticas de carbono enfrentan a los “quantistas” con una balsa de imposibilidades adicionales de medida sobre la cima de aquellas comunes a todas las compensaciones.250 Muchos de estos se relacionan con la complejidad de las interacciones biológicas y con las diferencias entre, por un lado, el ciclo del carbono entre océanos, suelos, rocas superficiales, el aire y la vegetación y, por el otro, el carbón transferido de los depósitos de fósiles a la superficie.251Aunque muchas de las imposibilidades de medida fueron aireadas en un principio,252 contribuyendo a la renuencia corporativa a emprender proyectos de compensación de plantación bajo el sistema de las Naciones Unidas, los imperativos del mercado siguen triunfando sobre la ciencia - quizás no sorprendentemente, considerando la perspectiva de unos mil millones de toneladas de créditos bióticos de carbono no sólo del REDD, sino también de agrofueles y biochar (el carbón vegetal creado de la biomasa).253

La estructura de incentivos del mercado de compensaciones es, de este modo, paralela a la de los mercados de derivados, en la cual se conduce a los innovadores continuamente a buscar nuevos modos, aún imposibles, de poner precio al futuro de modos que inclinan al sistema hacia la crisis más que a asegurar su sostenibilidad. "Adivino de muchas maneras que es semejante a las “sub-prime”, " confesaba al Wall Street Journal en 2008 Marc Stuart de la firma consultora de compensaciones y comercio EcoSecurities, tras el primer “crack” su firma "Tu vas tejiendo capas sobre la mierda hasta que dices, ' no podemos hacer esto más. ' " 254

La tendencia estructural del mercado de compensaciones de Kyoto, que afianza el empleo de combustibles fósiles se ve reforzada por la realidad de que las empresas mejor equipadas para ganar permisos reguladores para vender créditos de carbono están bien capitalizadas, son a menudo corporaciones dependientes de los fósiles con conexiones con el gobierno y la capacidad de alquilar a consultores de carbono y contables. En muchas formas, de hecho, su perfil es similar al de compradores de crédito industrial. Mientras los compradores industriales incluyen, sin ofrecer ninguna sorpresa, productores de gas invernadero en gran escala corporativos tales como Shell, BHP-Billiton, EDF, Endesa, Mitsubishi, Cargill, Nippon Steel, ABN Amro y Chevron, los principales vendedores acreditados de créditos de carbono incluyen las corporaciones que comparten la misma orientación de fósiles, como South Africa’s Sasol, India’s Tata Group, ITC, Birla,Reliance and Jindal, Korea’s Hu-Chems Fine Chemical etcétera, etcétera.255 Tales empresas bien financiadas usan el mercado de compensación de carbono no como un modo de propulsar a sus países lejos de la dependencia de los fósiles, sino generalmente acabar de financiar proyectos ecológicamente perjudiciales con los cuales ellos ya están comprometidos y que están, más a menudo que lo contrario, en sectores industriales que están en su ocaso. Como un alto funcionario en el Banco de Desarrollo asiático admite, el cual él mismo ha intentado usar el mercado del carbono como un fondo “turbio” para apoyar su cartera, 256:

“Cuando el CDM [el Mecanismo de Desarrollo Limpio] fue presentado hace 10 años, había muchas expectativas en los países en vía de desarrollo de que este proporcionaría la necesaria y sincera financiación y el soporte técnico para los nuevos proyectos de desarrollo sostenible que reducirían las emisiones de gas invernadero. Hoy... este sobre todo funciona para proporcionar un flujo de caja adicional a los proyectos que son capaces de avanzar con su [sic] propia financiación."257

Los inversores de créditos de carbono en el sector financiero, que hoy dominan el lado de la compra (ver Tabla 1, y Tabla 2), también han sido repetidamente explícitos en que la economía de las compensaciones no selecciona una transición lejos de los combustibles fósiles. Históricamente, tales compradores se han centrado en grandes bloques de bajo coste, licencias de contaminación fáciles de obtener, estando poco dispuestos a implicarse en proyectos que implican consideraciones de sostenibilidad a largo plazo y de sensibilidad local. "Miramos el precio de mercado. No miramos ninguna tecnología en particular" explica Louis Redshaw del Departamento de Comercio de Emisiones de Barclays Capital.258 "el mercado del carbono no se preocupa por el desarrollo sostenible" confirma Jack Cogen de Natsource. "Todo por lo que se preocupa es por el precio del carbono"259

Como no nos puede sorprender, los proyectos de ahorro de carbono de base comunitaria o de energías renovables han encontrado difíciciltad para acoplarse al mercado de carbono, mientras mantienen la calidad de su trabajo.260 Como un activista veterano de las energías renovables y especialista en África señala:

"Cuando la empresa para la cual trabajé durante 10 años entró en el comercio del carbono, empecé a consternarme. El asunto no iba sobre 'el desarrollo sostenible', sino sobre las toneladas de CO2 en hojas de extensión imaginativa". 261

Compensaciones de Carbono en la práctica

El comercio de compensaciones global está bien representado por un proyecto emprendido por la empresa francesa química, Rhodia, en una planta de ácido adípico que esta posee en Corea del Sur.

Entusiasmada con beneficiarse del mercado de Kyoto, Rhodia invirtió 15 millones de US$ en equipamiento que destruye óxido nitroso. Como el N2O es un gas invernadero del que se ha estipulado que es 298 veces más peligroso que el dióxido de carbono, y debido a que Rhodia posee una planta localizada en Sur global, ella puede generar 298 toneladas de créditos de carbono solamente quemando una tonelada del compuesto óxido nitroso, así esto le permite la producción de mil millones de dólares en créditos de carbono, aprobados por las Naciones Unidas, para vender a las industrias contaminantes en los países industrializados.

El comercio no reduce los gases invernaderos totales, porque los clientes típicamente compran los créditos de Rhodia de modo que ellos pueden seguir invirtiendo el dinero en combustibles fósiles.

Tampoco ayuda esto a Corea a liberarse del carbono: en el mejor de los casos, es irrelevante; en el peor de los casos, esto anima al país a construir industrias más sucias de modo que luego puedan hacer dinero limpiándolas más tarde, como ya haya pasado con el comercio del HFC-23. 263Rhodia ya hace 35 veces más dinero de vender créditos de carbono del que hace en el mercado del ácido adípico.

El comercio no hace que se incentive la innovación tecnológica verde. La tecnología que Rhodia usa data de los años 70. 264 El ejemplo sugiere algunos caminos en los cuales la noción de que las compensaciones son los modos "rentables" de reducir emisiones - como la noción de que la utilización de derivados exóticos es un modo "eficiente" de asignar el riesgo - es incoherente. Los compradores de créditos de tales proyectos pagan una cantidad de dinero desproporcionada por un insubstancial y complicado cambio. En general, los compradores de créditos de carbono de las Naciones Unidas han pagado 4.7 mil millones de euros (US$ 9.4 mil millones) por permisos de proyectos industriales de gas que cuestan menos de 100 millones de euros (US$ 150 millones) para realizarse.265

Más generalmente, en el intento de crear "eficiencias" en un lugar por conmensuración, compensar crea "ineficiencias" en otra parte en forma de costos de transacción - costos que proliferan cuando se recurre a una solución técnica después de otra para tratar de disimular imposibilidades de contabilidad. En el caso de las compensaciones, como en el caso del “cap and trade”, el esfuerzo para alcanzar un objetivo rentablemente causa que el objetivo en sí mismo se pierda, y con ello el punto mismo de la rentabilidad.

Una tercera fuente de complejidad que derrota cualquier tentativa de calcular los créditos de compensación es el acto de intentar el cálculo en sí mismo. En un paralelismo con la reflexividad en los mercados financieros (es decir la tendencia periódica de las observaciones de los inversores y las tendencias a influir los "fundamentos económicos" de un modo perjudicial), la contabilidad de la compensación, como ciertos aspectos de la ingeniería financiera, mina su propia estabilidad. En primer lugar, los procedimientos de contabilidad establecen incentivos perversos para los buscadores de créditos (incluyendo gobiernos de acogida de proyectos, compradores de créditos y consultores en busca de futuros contratos) no sólo para postular, sino también para causar escenarios "todo va como siempre" que sean de las emisiones más altas posibles, para hacer que los proyectos propuestos parezcan ahorrar tanto carbono como sea posible.262

Por ejemplo, en muchos países que alojan proyectos de compensación del Protocolo de Kyoto, el mercado Kyoto crea incentivos para que las leyes relacionadas con las emisiones ambientales no sean rígidas, ya que cuanto mayor la "línea de fondo" de las emisiones, mayor las rentabilidades que pueden ser sacadas de los proyectos de carbono. 266 Esta tendencia también enturbia la distinción entre incentivos de precios y códigos legales, tendiendo conmensurar la relación "coste-efectividad" y la legalidad normalizando la expectativa que ciertas leyes serán obedecidas sólo si se hace posible ganar créditos de carbono haciéndolo. Lógicamente (aunque sea impracticable), todo esto necesitaría incesantes nuevos cálculos de la línea de fondo y alteraciones continuas en el número de créditos calculados; a diferencia de los aseguradores tradicionales, los comerciantes de carbono o los reguladores no pueden vigilar "el juego" para garantizar una benigna adecuación entre actores de mercado y matemáticas.

Otro aspecto de reflexividad en los mercados de compensación proviene del hecho de que la metodología contable de la compensación empotra la supresión de incógnitas, que a su vez, implica la supresión de alternativas políticas al cambio climático y el conocimiento amistoso del clima que a menudo es asociado con ellas (Ver: "Destruyendo el Futuro"). La contabilidad de las compensaciones de carbono inevitablemente enmarca la pregunta política de que habría pasado sin proyectos de carbono como un asunto "quantista" de predicción técnica en un sistema determinista, mientras que, al mismo tiempo enmarca a los defensores de los proyectos no de manera determinista, como decisores libres cuyas iniciativas de carbono "marcan una diferencia".

Entre los primeros observadores que llamaron la atención sobre la alternativa supresión de aspectos de esta metodología fueron los activistas sociales de las Minas Gerais, de Brasil, críticos de la tentativa local de una empresa de carbón vegetal y de hierro, Plantar, de conseguir créditos de carbono de las plantaciones de eucalipto ecológicamente destructivas que ellos habían establecido sobre la tierra ocupada. De la contabilidad del carbono desplegada por la empresa, los activistas observaron:

"El argumento de que la producción del hierro en lingotes del carbón vegetal es menos mala que la producción de carbón (normal) es una estrategia siniestra... Lo que realmente necesitamos son inversiones en energías limpias que al mismo tiempo contribuyan al bienestar cultural, social y económico de las poblaciones locales." 267

En una carta posterior a los reguladores de Kyoto, los activistas, después de insistir en que "la reclamación de que sin créditos de carbono... Plantar habría cambiado al carbón como fuente de energía es absurda," continuó caracterizando el procedimiento de contabilidad como "una amenaza":

"Es comparable a madereros que exigieran dinero, o de lo contrario se dedicarían a cortar árboles ... [el Mecanismo de Desarrollo Limpio] no debería permitir que se use por la industria de plantación de árboles para ayudar a financiar sus prácticas insostenibles."268

Para los activistas, la supresión en la contabilidad del carbono del conocimiento de la pluralidad de opciones ascendió a una tentativa de bloquear los senderos populares a un futuro alternativo. Cuanta más metodología fuera aplicada, efectos más nocivos para el clima se seguirían - y menos convincentes los cálculos de ahorros de carbono se harían.

Destruyendo el futuro

La destrucción del conocimiento que se deriva de la contabilidad de las compensaciones de carbono a menudo sucede de un modo brutamente físico. Un ejemplo viene del río Bhilangana en Uttaranchal, India, cerca del pueblo de Sarona.

Allí, Swasti Power Engineering Ltd. Se beneficia del dinero del mercado de carbono de Kyoto en su desarrollo de un proyecto hidroeléctrico de 22.5 megavatios en el río, que devastaría granjas locales muy afinadas (y sumamente bajas en sus emisiones de carbono) sistemas de irrigación tradicionales que les proporcionan arroz, trigo, mostaza, frutas y verduras, incluso cuando las precipitaciones son irregulares.

Los residentes de Sarona nunca fueron consultados y supieron del proyecto sólo en 2003, cuando las máquinas de construcción llegaron. Una revisión oficial llevada a cabo diez años antes no había informado de ningún pueblo cercano al proyecto.

Las mujeres más ancianas del pueblo condujeron las primeras acciones de oposición. En marzo de 2005, 120 aldeanos fueron encarcelados durante cuatro días, y otros 79 detenidos en julio. En noviembre de 2006, al menos 29 personas fueron detenidas y forzadas a firmar un documento por el cual ellos cesarían la resistencia.

En incursiones de la policía desde entonces, se le ha arrancado la ropa a la gente y han sido golpeados, y mujeres en el pueblo ha sido asaltadas, arrastradas por los pelos y torturadas.269

En los valles montañosos del río Uttaranchal, unos aproximadamente 146 proyectos semejantes están propuestos o en camino, y cientos de esquemas hidroeléctricos en otras partes de China, Brasil y en otra partes también buscan finanzas de carbono. Muchos, probablemente, como en Sarona, contribuirán a minar el conocimiento existente de accesos al sustento bajos en carbono, que seguro que serán cada vez más importantes para un futuro libre de fósiles.

Los efectos de unos miles los proyectos de compensación de cada clase sobre el conocimiento y la tecnología útil en un mundo de gases de efecto invernadero permanecen desconocidos a un amplio público e incluso a ecologistas con un interés especial en el clima. 270Es imposible para los cálculos en el mercado del carbono de lo supuestamente ganado y perdido tener en cuenta el grado al cual tales proyectos minan las materias primas para soluciones climáticas; o, tener en cuenta "los precios de otras alternativas" generados por los mercados de carbono, incluyendo los impactos climáticos literalmente incalculables de unos mercados que desincentivan el cambio estructural del Norte industrial.

En las palabras del profesional de los fondos de cobertura Richard Bookstaber sobre los mercados financieros, tales gastos constituyen" exterioridades para el sistema total ... que son difíciles de medir, pero dominan su valor evidente."271

Consecuencias de las contradicciones


Los problemas que provienen de la dependencia del comercio de compensaciones de una metodología inviable se producen de un número de maneras diferentes. Primero, el hecho de que no haya una base firme para la contabilidad de la compensación abre el camino a conflictos irresolubles sobre las estimaciones de los créditos de carbono. Igual que diferentes bancos de inversión calculan precios diferentes para el mismo tramo de obligación con la garantía de un fondo de deuda ya que ellos usan modelos diferentes de correlación,272 diferentes expertos de compensación, reguladores y ecologistas ofrecen estimaciones diferentes del número de créditos de carbono, si corresponde, que deberían permitir generar a un proyecto.

Un estudio de 2007 concluyó, por ejemplo, que la mayor parte de los varios cientos de proyectos de hidroelectricidad de las compensaciones de Kyoto en China estaban bien avanzados antes de que las finanzas del carbono se volvieran un factor en su construcción, deduciéndose que no deberían permitirles producir ninguna licencia de contaminación en absoluto.273 Otra investigación de proyectos en India, asimismo encontró que un tercio de los ejemplos no eran "adicionales".274una tercera investigación obtuvo que los gerentes de los proyectos apoyados en finanzas de carbono - en Bulgaria y Gran Bretaña que sus esquemas, también, habrían sido instituidos con o sin el dinero del carbono.275 Un cuarto mostró que el rédito de carbono ascendió a una muy pequeña parte de la tasa proyectada interna de retorno para 546 de los 803 primeros proyectos del CDM.276Richard Sandor, el comerciante de derivados quien estableció el Chicago Climate Exchange, dijo al Wall Street Journal en octubre de 2008 que tanto si esto son finanzas de carbono o algún otro factor que haga que sus contratistas ahorren emisiones ellos suelen decir que los créditos de carbono "no son mi negocio. Controlo una empresa que busca beneficios."277 Hay pruebas de que los productores de compensaciones y los comerciantes ellos mismos a veces presentan reclamaciones diferentes sobre "additionalidad" varias veces, dependiendo a quien le hablan. Según un banquero prominente del carbono, los proponentes de proyectos "dicen a sus financieros que los proyectos van a hacer mucho dinero" al mismo tiempo ellos dicen a los reguladores "que no serían económicamente viables" sin las finanzas del carbono.278

Una segunda consecuencia de la confianza de las compensaciones sobre una impracticable, autoinvalidada metodología de cálculo es que mina la posibilidad de una regulación eficaz. El poder de los reguladores de bloquear los proyectos que no pueden establecer que ellos son "adicionales", se suponía que, producía dos ventajas para el clima: primera, la reducción de emisiones requerida de la entidad legalmente "encapsulada" que habría comprado los créditos bloqueados de carbono; y la segunda, la ventaja producida por el proyecto que ahorra carbono en sí mismo, lo que muestra no necesitar finanzas de carbono. Si, sin embargo, "adicionalidad" consiste simplemente en una narración más o menos inverosímil, y en reguladores de las Naciones Unidas o de otra parte forzados a echar mano a criterios estéticos, políticos o pseudoscientíficos en la decisión y si hay que aprobar o desaprobar proyectos, entonces el poder de los reguladores de hacer cumplir la ventaja climática se hace en gran parte ilusorio. Como Lambert Schneider del Öko-Institut (para la Ecología Aplicada) de Alemania apunta, "Si eres un buen cuentista consigues que se apruebe tu proyecto. Si no eres un cuentista bueno no sacas tu proyecto." 279 Desde el punto de vista de la eficacia climática, distinguir entre cálculos fraudulentos y no fraudulentos se hace imposible, volviendo cualquier tentativa de regulación de las compensaciones, en última instancia, insustancial.280

Tabla 1

Compradores del mercado de carbono de Kyoto

TIPO DE PROYECTO

TAMAÑO MEDIO

( toneladas "de reducciones" de CO2 hacia 2020)

COMPRADORES DEL SECTOR FINANCIERO

OTROS COMPRADORES

HFCs

50 millones

Barclays, Bear Stearns (JP

Morgan Chase), BHP Billiton

Marketing, BNP Paribas Fortis,

British Gas Trading, Climate

Change Capital, Comercio

Internacional Proserdi,

Deutsche Bank, EcoSecurities,

EDF Trading, Goldman Sachs,

IBRD, ICECAP, MIT Carbon

Fund, IXIS, JBIC, JMD

Greenhouse Gas Reduction,

Marubeni, Mitsui, Morgan

Stanley, NATIXIS, Natsource,

Noble Carbon, Oz Carbon

Trading, Rabobank, Sumitomo

Bank, Trading Emissions,

Zeroemissions Carbon Trust

Aalborg Portland, Azuliber,

Carbon Compliance Acquisition

5, Cementerie Aldo

Barbetti, Cementos Portland

Valderrivas, CEPSA, CER

Investments 1, Chubu

Electric, Chugoku Electric,

Daioh Construction, Danish

Ministry of Climate and

Energy, DONG, Electrabel,

Endesa, ENEL, ERG, Fortum,

Gas Natural SDG, Government

of Canada, Government

of Sweden,

Hidroelectrica del

Cantabrico, Iberdrola, IFJ

Korea, Iride Mercato,

Italcementi, Italian Ministry

of Environment, Ineos Fluor,

JGC, J-Power, KfW, Kyushu

Electric, Maersk, Mitsubishi,

Nippon Steel, Nordjysk

Elhandel, Nuon, Repsol,

RWE, Sempra Energy Europe,

Shandong Dongyue Chemical,

Shell Trading, Shikoku

Electric, Solvay Fluor,

Statkraft, Tohoku Electric,

Tokyo Electric, Union

Fenosa, VROM

N2O

9 millones

Ecoinvest Carbon,

EcoSecurities, BNP Paribas

Fortis, Goldman Sachs,

Kommunalkredit, Marubeni,

MGM Carbon Portfolio, MIT

Carbon Fund, Mitsui, N.serve,

NATIXIS, Natsource, Noble

Carbon, ORBEO, Sindicatum

Carbon Capital, Vitol

Johnson Matthey, Mitsubishi,

Rhodia Energy, RWE, Toyo

Engineering

Extracción de metano de minas de carbón

5 millones

Arreon Carbon UK, BNP

Paribas Fortis CAMCO, Climate

Change Capital, Credit

Suisse, Eco-Carbone,

EcoSecurities, EDF Trading,

Energy Systems International,

Equity Environmental Assets,

European Carbon Fund, IBRD, ICECAP, IXIS, Japan Carbon

Finance, Kommunalkredit,

Lehman Brothers, Marubeni,

Merrill Lynch, MGM Carbon

Portfolio, Mitsui, NATIXIS,

Natsource, Noble Carbon,

ORBEO, Renaissance Carbon

Investment, Sindicatum

Carbon Capital, Trading

Emissions, Vitol

CEZ, Choguku Electric, JGC,

MTM Capital Partners, NEDO,

Pear Carbon Offset Initiatives

(individual carbon offsets),

RWE, STEAG, Tokyo Electric,

Toyota

PFCs y SF6

3 millones

33 Asset Management, Arreon

Carbon UK, Climate Change

Capital, EcoSecurities, MGM

Carbon Portfolio, South Pole

Carbon Asset Management,

Swiss Re


Eólico

1 millón

BNP Paribas Fortis, BP Gas

Marketing, CAF, Cambridge

Funds Investment, CAMCO,

Cantor Fitzgerald Europe,

Carbon Asset Management

Sweden, Carbon Capital

Markets, CarbonNeutral

Company, Carbon Resource

Management, Climate Change

Capital, Climate Change

Investment, Credit Suisse,

Daiwa Securities, Deutsche

Bank, Ecoinvest Carbon,

EcoSecurities, EDF Trading,

Essent Energy Trading,

European Carbon Fund, First

Carbon Fund, Fortis, Grey K

Environmental, Goldman

Sachs, IBRD, ICECAP, IXIS, J.

Aron, Japan Carbon Finance,

JBIC, Kommunalkredit,

Marubeni, Merrill Lynch, MGM

Carbon Portfolio, Mitsui,

NATIXIS, OneCarbon, Pacific

Consultants International,

Rabobank, Renaissance

Carbon Investment, Spanish

Carbon Fund, Standard Bank,

Sumitomo Bank, Trading

Emissions, Vitol, World

Carbon Credit Investment

Cargill, CERUPT, CEZ,

Chubu Electric, Chugoku

Electric, Converging World,

Danish Ministry of Climate

and Energy, Econergy,

Electrabel, Endesa, ENEL,

Enerfin Enervento, Eurus

Energy, Finland Ministry for

Foreign Affairs, Fortum,

Gamesa, Gaz de France,

Government of Canada,

Iberdrola, Inversiones

Celco, BIC, KfW, Kyushu

Electric, Lafarge,

Mitsubishi, NEDO, Ricoh,

RWE, Scottish and Southern

Energy, Shell Trading,

Shikoku Electric, Sojitz,

Statoil, Swedish Energy

Agency, Swiss Re, Tohoku

Electric, Tokyo Electric,

Voestalpine, VROM



Fuente: UNEP Risoe Centran Análisis de Tubería CDM/JI y Base de datos, 1 de septiembre de 2009, www.cdmpipeline.org

Mientras la apariencia de regulación es mantenida, sin embargo, la imposibilidad de normas se vuelve un favor comercial tanto para compradores de créditos como para vendedores de créditos, ya que se hace relativamente fácil para contables hábiles y bien pagados de carbono, cuyo trabajo en gran parte está protegido del escrutinio público o de revisión independiente profesional281, fabricar los enormes números de derechos de contaminación para vender a los contaminantes de combustibles fósiles del Norte, quienes están demasiado felices como para no investigar demasiado de cerca su origen. Esto hace que el autodominio corporativo no sea más probablemente en los mercados de las compensaciones, de lo que lo fue en el mercado de las obligaciones de deudas garantizadas.

Un tercer efecto de una metodología insostenible "quantista" es que almacena un problema de valoración de activos similar al de los valores basados en hipotecas "sub-prime" antes de la crisis financiera de 2007-08. Durante varios años, esto ha sido una preocupación(un interés) aún para algunos actores del mercado. "No queremos un escándalo de Enron donde un exceso de créditos sea emitido sin que las reducciones reales estén ocurriendo, " se preocupaba un directivo de Det Norske Veritas, uno "de las cuatro grandes " agencias privadas autorizadas por las Naciones Unidas para validar y verificar créditos de carbono, en 2006; dos años más tarde, en diciembre de 2008, las Naciones Unidas suspendieron su empresa de verificación de compensaciones de Kyoto después de una investigación que revelaba irregularidades en sus procedimientos de auditoría.282 En 2009, el analista político Michelle Chan llamó la atención del Congreso estadounidense de los peligros de una burbuja de "carbono sub-prime" seguida de un colapso debido a una rápida devaluación.283

El peligro de una pérdida catastrófica de confianza en el valor de las compensaciones aumenta por dos factores más que afectan su aceptación por el público. Primero, por el diseño del mercado, el efecto de emisiones netas de carbono de un proyecto de compensación que tiene éxito no puede ser más que cero, mientras sus créditos son usados para licenciar emisiones en otra parte (aunque pequeños márgenes de error a veces sean incluidos en los cálculos). Se sigue que incluso si los cálculos de ahorro de carbono eran verificables en principio, los errores de cálculo del lado optimista probablemente volverían el proyecto no sólo inútil, sino también positivamente dañino para la estabilidad climática.

Segundo, incluso si las compensaciones funcionaran según el diseño y el "equilibrio" del carbono asociado con ellas fuera comprobable, aquellos ahorros como mucho servirían al objetivo de ser "equivalentes" a las reducciones de emisiones en otra parte. Pero ya que reducir emisiones no es el mismo que solucionar el problema del clima, aún aquellas compensaciones que tuvieran algunas ventajas netas estarían sujetas a los mismos problemas de abstracción del lugar, la tecnología y el tiempo que aflige al propio "cap and trade".

Las compensaciones, en otras palabras, abstraen del problema del clima dos veces: una vez reforzando la falsa equivalencia del “cap and trade” entre reducciones numéricas de emisiones y la institución de un sendero histórico lejos de los combustibles fósiles, y luego otra vez estableciendo otra equivalencia falsa entre esquemas "compensatorios" que ahorran carbono y reducciones de emisiones. Esta "doble distancia" del problema del clima sugiere la alta probabilidad de un derrumbamiento eventual en la confianza en la mercancía.

Ignorancia Estructural y Conflicto de interés

Las complejas combinaciones de conciencia y negación en cuanto a tales contradicciones son tan penetrantes en el negocio del carbono como en el mundo financiero. Por ejemplo, los defensores del mercado que admiten que "medir o hasta definir los ahorros que son adicionales de aquellos que habrían ocurrido en ausencia de créditos de emisiones" es "una imposibilidad"284 a menudo invierten el juicio unos párrafos o unas paginas más tarde. Como en los mercados financieros, la confusión en cuanto a cuestiones como la probabilidad, las barras de error y la incertidumbre son criticadas intermitentemente incluso en el nutrido: grupo de conferenciantes sobre el comercio del carbono que admiten en los pasillos que es imposible mostrar la “adicionalidad” de casi ningún proyecto y a menudo castigan a colegas por decirlo tan en público.285

Los comerciantes de carbono, como los comerciantes de derivados (financieros), son también capaces de organizar un acuerdo general político que ignore las conclusiones desfavorables. Por ejemplo, en 2008, La Oficina de Contabilidad General de los Estados Unidos (GAO) concluyó que "es imposible saber con certeza si cualquier compensación dada es adicional"286tal como habían concluido en 1994 que las metodologías del comercio de derivados creaban riesgos sistémicos que podrían acabar en desastre. En 1994, la International Swaps and Derivatives Association, en "uno de los triunfos más alarmantes de una campaña de presión de Wall Street del siglo XX,"287logró poner de su lado al Congreso de EU para dejar de lado las preocupaciones de la GAO, con la ayuda del antiguo Preside de la Reserva Federal estadounidense Alan Greenspan y de hombres de negocios del Wall Street, como Robert Rubin, que se habían unido al gobierno de Bill Clinton dos años antes. Aunque la necesidad de la International Swaps and Derivatives Association de jugar un papel igualmente dinámico en persuasión del Congreso para que ignorara las preocupaciones de la GAO sobre la contabilidad de las compensaciones 14 años después son dudosas, una alianza fue claramente movilizada en 2008-09 para asegurar que EU conservara la opción, conforme a la Waxman-Markey Act, de importar miles de millones de toneladas de créditos de carbono del extranjero.

Como en los mercados de la incertidumbre, tal modelo de negación y represión es entrelazado con la extendida erosión del concepto de conflicto de interés y el omnipresente riesgo moral.

Tabla 2

Máximos compradores de créditos de carbono de Kyoto

Compradores (sector)

Número de proyectos

EcoSecurities (carbon finance, brokerage and consulting)

293

Carbon Asset Management Sweden (carbon finance)

159

EDF Trading (carbon finance)

103

Mitsubishi (technology)

100

AgCert (carbon finance)

96

RWE (utilities)

93

Vitol (oil trading)

82

Carbon Resource Management (carbon finance)

70

Cargill International (agribusiness)

69

Camco (carbon finance)

68

Trading Emissions (carbon finance)

66

MGM Carbon Portfolio (carbon finance)

63

Kommunalkredit (banking)

63

Marubeni (carbon finance)

60

ENEL (utilities)

60

Agrinergy (carbon finance)

50

Climate Change Capital (carbon finance)

49

Danish Ministry of Climate and Energy

47

Energy Systems International (carbon finance)

44

IBRD (banking)

43



  • Los criterios usados para calibrar la eficacia de la política de mitigación climática, en gran parte, son formulados o influenciados por consultores privados de carbono, grandes compradores de permisos, banqueros y gestores de fondos. Barclays Capital, un inversor principal en los mercados del carbono, alardea abiertamente de que "dos de nuestro equipo son miembros del Consejo Ejecutivo del Panel de Metodología para el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM), la parte del cuerpo regulador del mercado del carbono de las Naciones Unidas, 288 del cual Lex de Jonge, jefe del programa de compra de compensaciones de carbono del gobierno holandés, es el presidente.289Un principal de una firma de dirección de activos de carbono, que es también un miembro del panel de metodología del CDM (Mecanismo de Desarrollo Limpio) de las Naciones Unidas, destacaba en un encuentro de la industria que se celebraba en Londres en octubre de 2008, "He ayudado a poner las reglas; ahora mi empresa juega según aquellas reglas."290 El coordinador de la Comisión Europea para los mercados de carbono y para la política energética, Peter Zapfel, un discípulo de los abogados-economistas estadounidenses del comercio de contaminación y una figura instrumental en el convencimiento a los burócratas y gobiernos europeos para comprometerse ellos mismos con el comercio del carbono,291 ha impulsado "la fertilización-cruzada entre reguladores y regulados".292 "Yo no nos ven como a la policía," el presidente del Consejo Ejecutivo del CDM confirmaba en 2007.293 En el Reino Unido, la Secretaría del Comité sobre el Cambio Climático, está alojado por una firma privada de compensaciones de carbono, la Carbon Neutral Company.
  • Como las firmas de calificaciones crediticias en los mercados financieros, los auditores de carbono del sector privados aprobados por las Naciones Unidas tienen un fuerte interés en ganar futuros contratos de las empresas que los alquilan; de manera nada sorprendente, ellos pasan una mayoría aplastante de los proyectos bajo su revisión.294Sir Nicholas Stern, el ex-economista del Banco-Mundial y autor del Informe Stern sobre el Cambio Climático del gobierno británico, ha defendido, mientras tanto, la iniciativa de su firma privada, IDEACarbon, de establecer una agencia de calificaciones crediticias de carbono, que muchos argumentarían que inevitablemente estaría sujeta al mismo tipo de conflicto de interés.295
  • Dentro de la insular, -fuertemente cohesionada comunidad profesional de la mitigación climática, los expertos constantemente pasan por puertas giratorias entre consultorías de negocio de carbono privadas, gobiernos, agencias reguladoras de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, organizaciones ambientales, paneles oficiales, asociaciones comerciales y corporaciones de la energía. James Cameron, un abogado ambiental que ayudó a negociar el Protocolo de Kyoto, ahora se beneficia del mercado que él ayudó a crear en su posición como vicepresidente de Climate Change Capital, un banco comercial que reclutó como empleados a Kate Hampton, el antiguo jefe de clima de Amigos de la Tierra Internacional, y Jon Sohn, anteriormente del World Resources Institute. Hampton fue entonces secundado en 2005 por Climate Change Capital para el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido (DEFRA) como consejero mayor de política durante la cumbre del G8 del Reino Unido (que estuvo centrada en el cambio climático global) y la Presidencia de la Unión Europea. El Vicepresidente para Finanzas de carbono de Climate Change Capital, Paul Bodnar, se encargó de las finanzas del cambio climático en el Departamento de Estado de EU en 2009. Henry Derwent, un antiguo director de internacional climate change en DEFRA, que era responsable de la política de cambio climático doméstica y europea, es ahora el presidente ejecutivo de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones, la alianza de la industria.
  • En los mercados "voluntariamente" desregulados de créditos de carbono, donde los compradores buscan los créditos por otros motivos que el cumplimiento legal, el concepto de Alan Greenspan y de Robert Rubin "de la regulación privada" está aún más profundamente afianzado. Laurent Segalen, anteriormente un gerente de negocios de carbono en el fracasado banco de inversión Lehman Brothers, expresó un amplio acuerdo general cuando afirmó que "los comerciantes deberían ser los únicos que diseñaran y determinaran las normas."296
  • El Banco Mundial, como se ha mencionado anteriormente, beneficiado de la financiación del desarrollo de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que sus ganancias de los fondos corrientes de carbono que son reclamados para que sean capaces de ayudar a limpiar el lío resultante.297
Como en el sector de las finanzas, sin embargo, la erosión del concepto de conflicto de interés es menos una causa de los problemas del mercado del carbono que un síntoma de más amplias tendencias. Los complicados tipos de ignorancia creada por los mercados del carbono son más que una cuestión de negación motivada por el interés institucional y financiero, y no pueden ser dirigidos simplemente con regulación contra el conflicto de interés.

Por ejemplo, con un su montón de cálculos de compensación, diversidad de créditos, desalentando la supervisión y exigencias legales, y muchedumbre de siglas, los negociadores de carbono a menudo rivalizan con el comercio en nuevos instrumentos financieros como las obligaciones de deuda garantizada (CDOs) en su estupenda oscuridad. Además, hay superposición directa. Con los precios de transacción de los permisos de carbón variando diariamente, la mayoría aplastante de intercambios de carbono hoy ocurren en el mundo de la permuta financiera de carbono, opciones, plazos y futuros, distanciándose las mercancías aun más lejos de los proyectos.298Las opciones de carbono han sido usadas desde 2005, y hay ahora intercambios entre créditos del Mecanismo de Desarrollo Limpio y concesiones de la Unión Europea, permitiendo más liquidez y posiciones más grandes. Las ofertas para titularizar créditos de carbono (como un nueva "clase de activo") han sido hechas al menos desde 2007,299 y la consultora de compensaciones y firma de negociado EcoSecurities inventó un instrumento CDO-tipo para el carbono en 2008.300 una “Nota de crédito de Capital Protegido de Carbono de Silvicultura", un "Certificado de Descuento sobre CO2" y otros instrumentos exóticos también han sido desarrollados.

La complejidad de tales instrumentos y transacciones, como las asociadas con los productos negociados en los mercados de la incertidumbre, funciones políticas para ocultar peligros no sólo del público, si no también de muchos jugadores del mercado en sí mismos.301 Igual que el sector financiero del “quantismo” tenía dificultades para agarrar los grandes impactos potenciales de varias incertidumbres de los movimientos de precios, teniendo en cuenta la realidad terrenal de los titulares de hipotecas en las vecindades de bajos ingresos de las ciudades estadounidenses, o el dar peso a los conceptos bien probados de "lo común" o de la “seguridad lo primero", el “quantismo” del sector del carbono tiende a bloquear el contacto con las incertidumbres climáticas o la realidad social o biofísica de los proyectos de compensación específicos de carbono.

En ambos casos, la ignorancia de segundo orden exacerba los peligros: aislados del fondo y por su ubicación en distritos financieros, los “quanta” tienden a no ser conscientes de que ellos no son conscientes. En 2008, por ejemplo, Richard Sandor del Chicago Climate Exchange fue citado con aprobación en la revista The New Yorker por promocionar esquemas para mercantilizar bosques naturales en el Sur global para su empleo como fregaderos comerciales para el dióxido de carbono industrial:

"Están reduciendo, quemando y cortando los bosques del mundo. Esto puede ser un cuarto del calentamiento global y podemos conseguir una tasa del dos por ciento simplemente inventando un crédito de preservación y haciendo que los bosques tengan valor de otros modos. ¿Quién pierde cuando hacemos esto?"302

Aunque las ideas falsas neocolonialistas sobre la destrucción forestal y la política forestal que esta declaración confidente ejemplifica han sido desacreditadas a fondo en unas cuantas miles de publicaciones de estudiantes durante las últimas dos o tres décadas,303 y las implicaciones son a menudo dibujadas para la contabilidad del carbono, la mentalidad “quantista” es necesariamente resistente a asimilarlas. La ignorancia se ha hecho estructural de modos que ni aún los críticos de las finanzas como John Maynard Keynes, R. H. Tawney y John Kenneth Galbraith podrían haber previsto. 304

Los peligros de los mercados de carbono han sido ocultados por la defensa de los ecologistas de clase media del Protocolo de Kyoto y del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea desde finales de los años 1990. Profesionalmente comprometidos con la defensa y la reforma de los mecanismos oficialmente sancionados que han prometido la acción a escala mundial coordinada sobre el cambio climático, los miembros de la Red de Acción de Climática (CAN), el grupo principal de activistas sobre el calentamiento global en todo el mundo, ridiculizando la investigación sobre la economía política de los mercados de carbono como "paparruchas ideológicas" durante muchos años, negando enérgicamente incluso que los mercados de carbono implicaran la creación de activos.305 En 2007, una declaración conjunta de CAN, World Wide Fund for Nature (WWF), Amigos de la Tierra Europa y Greenpeace demandaron que "la existencia del Esquema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea es un logro tremendamente importante para la política europea del cambio climático."306 Incluso en octubre de 2008, Stefan Singer, un oficial climático europeo con WWF, el cual sigue apoyando los mercados de carbono, fue citado en un panel de comercio de carbono inquietándose de que "nunca fue la intención [de la Unión Europea ETS] crear ganancias," Louis Redshaw de Capital Barclays le apuntaba para recordarle amablemente: "es inevitable si usted instituye un sistema de comercio."307

La defensa por parte de la clase media verde de los mercados de carbono ha obscurecido los peligros de otro modo también. Inquietos sobre, por ejemplo, "la insostenibilidad" o "la no adicionalidad" en los proyectos de carbono, ecologistas profesionalizados se han unido juntos con hombres de negocios y a la burocracia de las Naciones Unidas preocupados por burbujas de carbono "cowboys de carbono" (para citar el titular de una serie de "Financial times")308 en la promoción de nuevas regulaciones y medidas de certificación de muchas clases. Ecológicamente hablando, los resultantes complicados esfuerzos para distinguir (por ejemplo) el carbono "gourmet" o "gold standar" del carbono "sub-prime" han logrado poco más que ayudar a ocultar las operaciones de no equivalencia subyacentes entre reducciones y compensaciones y entre comercio de derechos de emisiones y la tarea política de dirigir la dependencia de los combustibles fósiles. Pero tales contorsiones han sido sumamente acertadas en otro respeto. Ellas han mantenido vivos la apariencia de regulación, permitiendo a un comercio ecológicamente dañoso global poder continuar.

Incluso después de una década de fracasos del negocio del carbono, la pregunta de si los mercados de carbono son regulables o no continúa siendo demasiado políticamente incorrecta para ser elevada en público. En muchos círculos, la noción de que cualquier tipo de incertidumbre o beneficio climático, sea lo que fuere, pueda ser seguramente y a fondo mercantilizada (como la noción de que cualquier tipo de incertidumbre en absoluto puede ser seguramente y a fondo mercantilizada) continúa siendo un dogma. Más bien que preguntar si una regulación eficaz de los mercados de carbono es posible, el estado británico está - como se vio antes - interviniendo para intentar asegurar la estabilidad de los precios del carbono en un camino que directamente mina la inversión en infraestructuras bajas en carbono.

Los gobiernos y ecologistas, por igual, han fallado, sobre el todo, en reconocer que los mercados de carbono - en los cuales no hay ninguna mercancía viable y en los cuales la escasez es creada principalmente por legisladores vulnerables a los lobbies - es aún más probable que en los nuevos mercados de la incertidumbre debían exceder cualquier buena intención entretenida por sus inventores y reformadores. Ellos, así, han colaborado en el almacenaje un problema de valoración de activos que probablemente acabe en otro “crash” quizás aún antes que otra catástrofe climática, en particular si una burbuja especulativa de carbono anima el desarrollo precipitado de más activos inverificables de carbono.

Conclusión


Los mercados de la incertidumbre y del carbono desarrollados durante las décadas pasadas del siglo XX crearon nuevas y abundantes posibilidades para la acumulación contra un fondo de crecimiento de la desigualdad mundial y vueltas decepcionantes a la inversión tradicional. Formulando nuevas prácticas que elaboran una ideología de calculabilidad universal ejemplificada según la hipótesis de los mercados eficientes y según visiones lineales de la relación entre cambio atmosférico, ciclos geo-químicos y sistemas sociales, los arquitectos de los mercados, afrontando presiones diferentes, buscadas para mejorar la rentabilidad tanto de las finanzas como de la acción climática a través de esfuerzos intensivos para mercantilizar dos de los más lejanos, menos tangibles y de alcance más recalcitrante de la infraestructura de la existencia humana. Predeciblemente, ambos nuevos mercados rápidamente se hicieron patios de juegos para la inversión especulativa, multiplicando los peligros implicados.

Como varios tipos de incertidumbre fueron aisladas, recontextualizadas, cuantificadas, cortadas, recirculadas, las nuevas finanzas surgidas de la reestructuración y la fusión de banca, juegos de azar y seguros. El crédito se amplió enormemente, multiplicando el apalancamiento, creando oportunidades sin precedentes y presiones para prestar y soplar burbujas de activos hasta enormes tamaños. Las preguntas de ¿para que es la deuda?, ¿cuanto apalancamiento es necesario?, y si la liquidez ilimitada es para siempre y por todas partes una cosa buena, se volvió “passé”. Asimismo las soluciones al calentamiento global se identificaron con reducciones de una cantidad abstracta de derechos de emisión comerciables, las reducciones de emisiones fueron cambiadas y reunidas con compensaciones fabricadas por técnicas cuantitativas. Luego la amalgama resultante fue cortada, jugada a los dados, comprada y vendida, y un nuevo problema de "mitigación de cambio climático" ha surgido, desvinculado de la historia, de la política y de los combustibles fósiles e integrada en la economía neoclásica. Otra vez, la pregunta de que era el nuevo mercado se perdió en medio de tentativas inluso más ambiciosas de mantenerlo y ampliarlo.

Sin embargo, los ambiciosos nuevos proyectos de comercio pronto se fueron al traste incluso en sus propios términos. La abstracción extrema necesaria para la formación de la mercancía en cada caso llegaron a agravar, incluso engendrar, la crisis sistémica que amenazaba el orden social. La búsqueda desenfrenada de la liquidez en los mercados de la incertidumbre al final condujo a una estampida financiera hacia las salidas y un agotamiento de la liquidez. El imperativo de tomar posiciones "en contra de cada posible estado de la naturaleza" implica perder contacto con el lenguaje habitual, las primeras concepciones seguras de los medios de vida en favor de un desgraciado, enfoque "técnico" de incógnitas en cascada. Mientras tanto, los intentos desinformados de poner en práctica una "solución de mercado" para el calentamiento global, en la abstracción de cómo se hacen las reducciones de emisiones, atrincherando las infraestructuras de combustibles fósiles, reduciendo la movilización política nevesaria para una solución del clima y generando dislocaciones sociales de diversa índole y alcance geográfico.

Como resultado, ambos mercados han provocado fuertes, aunque diversos y confusos, movimientos sociales de auto-defensa. Este patrón de acción y reacción constitutiva de un capítulo en la historia política de la mercantilización tan importante en algunos aspectos como los que describen los movimientos para mercantilizar la tierra y la mano de obra analizados por Karl Polanyi. En cada caso, estos movimientos de autodefensa han sido, grosso modo, una mezcla de de dos elementos. En las finanzas, la respuesta del "establishment" ha sido una solución técnica centrada principalmente en rescatar a las instituciones financieras disfuncionales "demasiado grandes para fracasar" y animando a los reguladores para supervisar más y mejor la mercantilización de las incertidumbres. También es significativo, sin embargo, que las propuestas que están siendo presionadas dentro y fuera del gobierno para reducir la mercantilización de la incertidumbre en un sentido u otro, y reconsiderar el papel del gobierno de las finanzas en la sociedad mientras se cambian los recursos para asegurar la vitalidad de la cesta de inconmensurables en la que la gente común confía para su sustento.

En el caso del cambio climático, la respuesta ha sido similar. Por un lado son soluciones técnicas las propuestas que exigen que los gobiernos amplíen el mercado del carbono por todo el mundo en el interés de realzar la liquidez mientras los reguladores y certificadores supervisan el mejor cálculo de las mercancías de carbono. Y por otro lado son movimientos para suspender o limitar la tentativa de mercantilizar la capacidad cíclica del carbono de la tierra y en cambio movilizar políticamente para una transición justa lejos de la dependencia de los combustibles fósiles.309

¿Cómo las fuerzas progresivas pueden contribuir mejor a tales movimientos? ¿Qué tipo de alianzas pueden ser formadas entre, digamos, las víctimas ordinarias del “crash” financiero, movimientos para nuevos regímenes financieros y fiscales, movimientos de justicia ambientales que combaten la extracción de combustibles fósiles y la contaminación, activistas de la salud, veteranos de la energía alternativa y el transporte, la resistencia a los proyectos de base compensatorios de carbono en el Sur, movimientos para la soberanía alimentaria, y un público del Norte frustrado por la generosidad que es prodigada por sus gobiernos y por el aparato climático de las Naciones Unidas en la creación de otro mercado disfuncional especulativo? Las respuestas no están claras aún, pero en la tentativa de colocar la nueva incertidumbre y los mercados de carbono dentro de una más amplia historia de la mercantilización, este papel ha tratado de sugerir que el estudio comparativo de los mercados financieros y de carbono puede dar respuestas constructivas sobre una nueva era de turbulencias. Crisis financiera, crisis climática: cada una quizás pueda ayudar a enseñar que necesita ser evitado cuando compite con el otro.


Notas:

323.Robin Lancaster, “Mitigating Circumstances”, Trading Carbon, December 2007.
233. Donald MacKenzie, “Making Things the Same: Gases, Emission Rights and the
Politics of Carbon Markets”, Accounting, Organisations and Society, Vol. 34, Nos.
3-4, 2009, pp.440-455.
234. P. M. Forster, V. Ramaswamy et al.,“Changes in Atmospheric Constituents and
in Radiative Forcing” in S. Solomon, D.Qin, M. Manning et al. (eds) Climate
Change 2007: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the
Fourth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change, Cambridge
University Press, 2007.
235. Additional problems with multi-gases are mentioned by Michael Wara, “Is the Global Carbon Market Working?”, Nature, Vol. 445m, 2007, pp.595–596.
236. Kevin Anderson, testimony before the Parliamentary Environmental Audit Committee, 23 June 2009, http://www.p a r l i a m e n t l i v e . t v / M a i n /
Player.aspx?meetingId=4388.
237. Mark C. Trexler, Derek J. Broekhoff and Laura H. Kosloff, “A Statistically Driven Approach to Offset-Based GHG Additionality Determinations: What Can
We Learn?”, Sustainable Development and Policy Journal, Vol. 6, 2006, p.30.
238. Carolyn Fischer, “Project-Based Mechanisms for Emissions Reductions: Balancing
Trade-Offs with Baselines”, Energy Policy, Vol. 33, No. 14, 2005, pp.1807–1823, p.1807. See also: Barbara Haya, Failed Mechanism: How the CDM is Subsidizing Hydro Developers and Harming the Kyoto Protocol, International Rivers, 2007, http://www.internationalrivers.org/files/Failed_Mechanism_3.pdf, p.9; Larry
Lohmann (ed), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate Change, Privatisation and Power, Dag Hammarskjold Foundation, 2006, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/document/carbonDDlow.pdf, pp.145-152;L a r r y
Lohmann, “Toward a Different Debate in Environmental Accounting: The Cases of
Carbon and Cost-Benefit”, Accounting, Organisations and Society Vol. 34, Issues 3-
4, April/May 2009, pp.499–534.
239. Dan Welch, “A Buyer’ Guide to Offsets”,Ethical Consumer, No. 106, 2007.
240. FERN, “Reducing Emissions or Playing with Numbers?”, EU Forest Watch, March
2009, p. 1. http://www.fern.org/media/documents/document_4362_4368.pdf; Point
Carbon, CDM and JI Monitor Vol. 6, No. 1, 9 January 2008; European Commission,
“Emission Trading System”, http://ec.europa.eu/environment/climat/emission/ets_post2012_en.htm and http://europa.eu/rapidpressReleasesAction.do?reference=MEMO/
08796&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en.
241. International Rivers, “Waxman-Markey Bill: No Cuts Until 2026!”, http://
www.internationalrivers.org/node/4223.
242. Alex Padilla, Letter to Commissioner Timothy Simon, California Public Utilities
Commission, 19 February 2008. Branding carbon trading a “charade to continue business as usual”, environmental justice groups in the state accordingly do not hesitate to affirm solidarity “with communities around the world in opposition
to carbon trading and offset use and the continued overreliance on fossil fuels.” See
“The California Environmental Justice Movement’s Declaration against the Use of
Carbon Trading Schemes to Address Climate Change”, http://www.ejmatters.org,
19 February 2008 and Los Angeles Times, 20 February 2008. Many California renewable
energy developers are “critical of cap and trade, due to the volatility and uncertainty of carbon prices under cap and trade, which they point to as unreliable when it comes to planning, developing, and financing renewable energy projects” (Jose
Carmona, The Verde Group, personal communication).
243. In a parallel with financial engineering, the more the drive to make everything calculable is indulged, the more that the more significant factors relating to systemic instability – in this case climatic instability – tend to be slighted.
244. United Nations Environment Programme Risoe Centre on Energy, Climate and Sustainable Development, CDM Pipeline, 1 December 2008, http://www.cdmpipeline.org/. See also Emily Boyd et al., “The Clean Development Mechanism: An Assessment of Current Practice and Future Approaches to Policy,” Working Paper No. 114, Tyndall Centre for Climate Change Research, 2007.
245. See, for example, Barbara Haya, Failed Mechanism: How the CDM is Subsidizing
Hydro Developers and Harming the Kyoto Protocol, International Rivers, 2007, http:/
/www.internationalrivers.org/files/Failed_Mechanism_3.pdf, p.9.
246. Tamra Gilbertson, “The Offsets Market in India: Confronting Carbon Colonialism”,
Carbon Trade Watch, http://w w w. c a r b o n t r a d e w a t c h . o r g /index.php?option=com_content&task=view&id=42&Itemid=45.
247. Energy companies are already strategising informally about how to manage resistance to geosequestration, and a new term, “NUMBY syndrome” – “Not Under My
Back Yard” – has recently been coined.
248. Guy Turner, New Carbon Finance, speaking at a European Commission meeting
Brussels, in June 2007. The Clean Development Mechanism (CDM) is one of the “flexible mechanisms” in the Kyoto Protocol allowing industrialised countries to meet their reductions targets by purchasing emission reductions credits
from elsewhere.
249. See, for example, “PNG Carbon Chief Suspended”, Point Carbon, 1 July 2009, http://www.pointcarbon.com/news/1.1150782.
250. Larry Lohmann, “Democracy or Carbocracy? Intellectual Corruption and the Future of the Climate Debate”, Corner House Briefing 24, The Corner House, October 2001, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/briefing/24carboc.pdf, pp. 36-44; Larry Lohmann,
“Toward a Different Debate in Environmental Accounting: The Cases of Carbon and
Cost-Benefit”, Accounting, Organisations and Society Vol. 34, Issues 3-4, April/May
2009, pp.499–534.
251. At first, forestry specialists imagined that they could measure precisely the amount of carbon a plantation project, say, was fixing, and therefore, the volume of pollution rights it could generate, simply by doing periodic measurements of tree growth, gas transfer in the canopy, and so forth. But it quickly became clear that quantifying the climatic impact of such projects would also necessitate investigating their effect on soils’ carbon production both inside plantation boundaries and downstream, requiring the hiring of additional experts.
At the same time, sobering evidence emerged that error bars in such relatively
simple matters as forest inventories and physical fluxes of carbon into and out of
forests were so wide that they swamped the signal required for the establishment of a
biotic carbon market. Unknowns concerning the response of soil biology and chemistry
to global warming itself also became a significant consideration. Moreover, in order to complete their calculations, accountants realised, they would have to monitor the effects of plantations on the human groups displaced or otherwise affected. For example, communities evicted by carbon plantations might clear forests elsewhere, migrate to cities where they might adopt lifestyles with a different carbon budget, and so on. Due to the persistence of greenhouse gases in the atmosphere, the activities of such groups would have to be monitored over a significant time period (between 42 and 150 years) whose length itself was a contested issue. In formulating a counterfactual baseline for carbon production without the project, accountants would also have to venture into economic predictions about trade patterns involving commodities produced on forest lands, such as soy, as well as predictions about future currency exchange rates. Not surprisingly, as such difficulties mounted, the very concept of “project boundary” became increasingly disputed within the community
of sequestration experts – and with it the concepts of “carbon offset project”
itself and the status of the experts who attempted to frame it.
252. See, for example, Sten Nilsson, A. Shvidenko, V. Stolbovoi et al., “Full Carbon
Account for Russia”, Interim Report IR-00-021, IIASA, 22 August 2000; M. Jonas, S. Nilsson, M. Obersteiner et al., “Verification Times Underlying the Kyoto Protocol: Global Benchmark Calculations”, Interim Report IR-99-062, http://www.iiasa.ac.at, IIASA, 1 December 1999; Sten Nilsson, “Carbon Accounting and the Kyoto Protocol”, Options, Autumn 2000, p.FOR-4.
253. Biochar seeks to scale up a little-understood ancient Amazonian burning practice
that sequestered carbon in the soil in a mineral form. It is suggested that biochar
might also produce gas and oil substitutes. Agrofuels are fuels produced by
agribusinesses from plants.
254. Jeffrey Ball, “Up In Smoke: Two Carbon-Market Millionaires Take a Hit as UN
Clamps Down – EcoSecurities Sees Shares Slide 70 Per Cent”, Wall Street Journal,
14 April 2008.
255. United Nations Environment Programme, CDM Pipeline.
256. Larry Lohmann (ed), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate Change,
Privatisation and Power, Dag Hammarskjold Foundation, 2006, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/document/carbonDDlow.pdf, p.147.
257. Ursula Schäfer-Preuss, Speech, Asian Development Bank, 2008, http://
www.adb.org/Documents/Speeches/2008/ms2008014.asp.
258. “Indians Make Cool £300m in Carbon Farce”, Sunday Times (London), 22 April
2007.
259. Larry Lohmann (ed), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate Change,
Privatisation and Power, Dag Hammarskjold Foundation, 2006, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/document/carbonDDlow.pdf, p.115.
260. Ibid., pp.272-280.
261. Anonymous, personal communication. For a reaction among renewable energy developers in industrialised countries, see, for example, Solarenergie Forderverein
Deutschland eV (2009) “Unterschriften gegen den Handel mit Emissionszertifikaten”. http://www.sfv.de/lokal/mails/wvf/e_unters.htm.
262. Michael Wara, “Is the Global Carbon Market Working?”, Nature, Vol. 445, 2007,
pp.595–596.
263. Michael Wara, “Is the Global Carbon Market Working?”, Nature, Vol. 445, 2007,
pp.595–596.
264. Jeffrey Ball, “French Firm Cashes In Under UN Warming Program”, Wall Street
Journal, 23 July 2008.
265. Michael W. Wara and David G. Victor, “A Realistic Policy on International Carbon
Offsets”, Program on Energy and Sustainable Development Working Paper No. 74,
2008, available at http://iis-db.stanford.edu/pubs/22157/WP74_final_final.pdf. See also Michael Wara, “Is the Global Carbon Market Working?”, Nature, Vol. 445, 2007,
pp. 595–596, and “Measuring the Clean Development Mechanism’s Performance and Potential”, UCLA Law Review, Vol. 55, 2008, p.1759.
266. In August 2007, the CDM Executive Board published forms for the submission of applications for a new type of carbon project called programmatic CDM or “programmes
of activities” (PoA). A PoA, it stated, could be additional and thus acceptable as CDM even if a law already existed that mandated the measures that the PoA would bring
about, if that law was not being “enforced as envisaged but rather depend[ed] on the
CDM to enforce it”, or if the PoA would “lead to a greater level of enforcement of
the existing mandatory policy/regulation than would otherwise be the case” (Christina
Figueres, “The CDM and Sustainable Development”, Environmental Finance, December
2007, pp.S50–S51). Oil companies have also applied for carbon credits for not flaring natural gas in Nigeria, a prohibition already mandated by the environmental laws of that country. Just as norms of commons regimes have historically been partly supplanted in many places by prices, so too now are legal safeguards (Larry Lohmann (ed), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate Change, Privatisation and Power, Dag Hammarskjold Foundation, 2006, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/document/carbonDDlow.pdf, p.148).
267. FASE et al., “Open Letter to Executives and Investors in the Prototype Carbon
Fund”, Espirito Santo, Brazil, 23 May 2003.
268. A. P. L. Suptitz et al., “Open Letter to the Clean Development Mechanism Executive Board”, Minas Gerais, Brazil, 7 June 2004. Recent moves by the World Bank and other UN agencies to open up native forests to carbon accounting are similarly viewed as providing an opening for governments to threaten to destroy their forests if they are not granted carbon credits. See, for example, World Rainforest Movement Bulletin, December 2008.
269. Tamra Gilbertson, “The Offsets Market in India: Confronting Carbon Colonialism”,
Carbon Trade Watch, http://www.carbontradewatch.org/index.php?option=com_content&task=view&id=42&Itemid=45.
270. Axel Michaelowa and Katharina Michaelowa, “Does Climate Policy Promote
Development?”, Climatic Change, Vol. 84, 2007, pp.1–4, p.4.
271. Richard Bookstaber, A Demon of Our Own Design: Markets, Hedge Funds and the
Perils of Financial Innovation, Wiley, 2007, p.260.
272. Gillian Tett, Fool’s Gold: How Unrestrained Greed Corrupted a Dream, Shattered
Global Markets and Unleashed a Catastrophe, Little, Brown, 2009, p.117.
273. Barbara Haya, Failed Mechanism: How the CDM is Subsidizing Hydro Developers and
Harming the Kyoto Protocol, International Rivers, 2007, http://www.
i n t e r n a t i o n a l r i v e r s . o r g / f i l e s /Failed_Mechanism_3.pdf, p.9.
274. Channel 4 (UK), “Dispatches: The Great Carbon Smokescreen”, 16 July 2007.
275. Ibid. See also: Central and Eastern Europe Bankwatch (CEE), An Analysis of
Additionality: The Prototype Carbon Fund’s Joint Implementation Project in the
Czech Republic: Sixteen Small Hydropower Plants, CEE, 2005; O. P. R. Van Vliet, A.
P. C. Faaij and C. Dieperink, “Forestry Projects under the Clean Development
Mechanism”, Climatic Change, Vol. 61, Nos. 1–2. 2003, pp.123–156, p.154; Axel
Michaelava, “Climate Strategies: Empirical Analysis of Performance of CDM
Projects,” Climate Strategies, 2009; Lambert Schneider, “Is the CDM Fulfilling its
Environmental and Sustainable Developent Objectives? An Evaluation of the CDM and
Options for Improvement”, Öko-Institut (for WorldWide Fund for Nature) 5 November
2007, http://www.oeko.de/oekodoc/622/2 0 0 7 - 1 6 2 - e n . p d f ? P H P S E S S I D=94fo81oejnnguh4svdjp2u0ug0.
276. Lambert Schneider, ibid. 277. Jeffrey Ball, “Pollution Credits Let Dumps
Double Dip: Landfills Find New Revenue in Trading System Meant to Curb Greenhouse
Emissions”, Wall Street Journal, 20 October 2008.
278. Financial Times, 16 February 2005.
279. Lambert Schneider, presentation at conference on Review of the EU ETS, Brussels,
15 June 2007.
280. All regulation currently proposed for carbon markets assumes without evidence or
argument that this the distinction between fraud and non-fraud can be made and enforced. Under the Kyoto Protocol, this assumption forms the basis of the work of the Clean Development Mechanism Executive Board. In the US, it is the unexamined
assumption of, for example, the Emissions Allowance Market Transparency Act (S.
2423) proposed by Senator Dianne Feinstein, the Waxman-Markey Act, and
the Climate Market Auction Trust and Trade Emissions Reduction System (HR
6316) introduced by Congressman Lloyd Doggett.
281. Achim Brunnengräber, “The Political Economy of the Kyoto Protocol”, Socialist
Register 2007, pp.224-25.
282. Tom Young, “UN Suspends Top CDM Project Verifier over Lax Audit Allegations”,
Business Green, 1 December 2008.
283. Michelle Chan, “Subprime Carbon? Rethinking the World’s Largest New Derivatives
Market”, Friends of the Earth, 2009,http://www.foe.org/subprime-carbon-testimony.
Carbon market participants such as Axel Michaelowa have been pointing out for some
time possible parallels with, for example, the tulip bulb crash of the 17th century. See Axel Michaelowa, “Avoiding the Carbon Hangover”, Carbon Trading, December
2007, pp.32–34. See also Matt Taibbi, “The Great American Bubble Machine”,
Rolling Stone, Issue 1082-1083, 2009.
284. Michael Grubb, P. Vrolijk et al., The Kyoto Protocol: A Guide and Assessment, Royal Institute for International Affairs, 1999, p.138.
285. Barbara Haya, Failed Mechanism: How the CDM is Subsidizing Hydro Developers and
Harming the Kyoto Protocol, International Rivers, 2007, http://www.i n t e r n a t i o n a l r i v e r s . o r g / f i l e s /Failed_Mechanism_3.pdf, p.9.
286. United States General Accounting Office, “International Climate Change Programs:
Lessons Learned from the European Union’s Emissions Trading Scheme and the
Kyoto Protocol’s Clean Development Mechanism”, GAO Report GAO-09-151,
November 2008, p.39.
287. Gillian Tett, Fool’s Gold: How Unrestrained Greed Corrupted a Dream, Shattered
Global Markets and Unleashed a Catastrophe, Little, Brown, 2009, p.46.
288. Chris Leeds, “Carbon Markets and Carbon Trading: Greener and More Profitable”, presentation, 13 June 2008.
289. “CDM Market in Good Shape: Official”, Point Carbon, 2 April 2008.
290. “Carbon Finance 2008”, Environmental Finance Conference, 8-9 October 2008.
291. Marcel Braun, “The Evolution of Emissions Trading in the European Union – the
Role of Policy Networks, Knowledge and Policy Entrepreneurs”, Accounting, Organisations and Society, Vol. 34, Nos. 3-4, 2009.
292. “Carbon Finance 2008”, Environmental Finance Conference, 8-9 October 2008.
293. S. Nicholls, “Interview with Hans-Juergen Stehr”, Environmental Finance, December 2007, p.S42.
294. Jeffrey Ball, “Up In Smoke: Two Carbon-Market Millionaires Take a Hit as UN
Clamps Down – EcoSecurities Sees Shares Slide 70 Per Cent”, Wall Street Journal,
14 April 2008.
295. Fiona Harvey, “Carbon Credit Ratings Agency is Launched”, Financial Times, 25
June 2008.
296. Stien Reklev, “Cowboys or Cavalry?”, Trading Carbon, December 2007, pp.27–28.
Similarly, the International Emissions Trading Association has argued in a letter
to US Senators Dianne Feinstein and Olympia Snowe, who had introduced a carbon
market governance bill, that “[t]he market itself recognizes the importance of
integrity and exerts discipline on participants . . . Trading companies set their
own trading limits to guard against excessive speculation. The market itself punishes
firms that exceed responsible limits by downgrading credit ratings, lowering lines of credit or barring individuals or firms from trading” (IETA letter to Sens. Feinstein and Snowe, 4 March 2008, http://www. i e t a . o r g / i e t a / w w w / p a g e s /getfile.php?docID=2938).
297. Janet Redman, World Bank: Climate Profiteer, Institute for Policy Studies, April
2008, http://www.ips-dc.org/reports/world_bank_climate_profiteer.
298. Steven Pavett of the European organisation FERN estimates that 64 to 99 per cent of carbon trading is derivative trading, opening the door to widespread speculation. Short selling is also widespread in carbon markets. For example, when the current financial crisis hit, many corporations sold their permits to raise capital, hoping to buy back a smaller number of permits later, perhaps at a lower price. This can lead to self-reinforcing collapses in prices. The Chicago Climate Futures Exchange, a subsidiary of the Chicago Climate Exchange, already offers a futures contract based on emissions allowances under the anticipated US federal cap and trade scheme. See Susanna Twidale, “Neil Eckert”, Trading Carbon, February 2009, p.14.
299. Madeleine M. L. Tan and Ronald S. Borod, “Why Limit the Asset Class?”, International Securitisation and Finance Report, Vol. 10, No. 16, 2007, http://www.
brownrudnick.com/nr/pdf/articles/REPRINT_International_Securitisation
_and_Strucutred_Finance_Report_W h y _ L i m i t _ t h e _ A s s e t _ C l a s s _ -
_Energy_Tan_907.pdf.
300. Robin Kwong, “New Products and Players in Carbon Credit Market”, Financial
Times, 27 April 2008.
301. Satyajit Das, Traders, Guns and Money: Knowns and Unknowns in the Dazzling
World of Derivatives, Financial Times/ Prentice Hall, 2006. This obscurity is deepened by the fact that the trend in the carbon markets is to conduct most trading over the counter rather than through exchanges. About 70 per cent of European Union Allowances, for example, are traded over the counter (Point Carbon, “Carbon 2008: Post 2012 is Now”, 11 March 2008).
302. Michael Specter, “Big Foot”, New Yorker, 25 February 2008; cf. Larry Lohmann,
“Carbon Trading, Climate Justice and the Production of Ignorance: Ten Examples”,
Development, Vol. 51, No. 3, pp.359–365.
303. For an introduction to this literature, see, for example, James Fairhead and Melissa Leach, “False Forest History, Complicit Social Analysis: Rethinking some West African Environmental Narratives”, World Development, Vol. 23, No. 6, 1995,
pp.1023-35; Michael Dove, “Theories of Swidden Agriculture and the Political Economy of Ignorance”, Agroforestry Systems Vol. 1, 1983, pp.95-103.
304. See Ismail Erturk, Julie Froud, Sukhdev Johal, Adam Leaver and Karel Williams
(eds), Financialisation At Work: Key Texts and Commentary, Routledge, 2008.
305. Larry Lohmann (ed), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate Change,
Privatisation and Power, Dag Hammarskjold Foundation, 2006, http://www.thecornerhouse.org.uk/pdf/document/carbonDDlow.pdf, p.196.
306. CAN/WWF/FoE Europe/Greenpeace, “ECCP EU ETS Review Process: Written Comments”, Brussels, 2007.
307. “Debating Carbon”, Trading Carbon, October 2008, pp.26-33, p.28.
308. Fiona Harvey, “Beware the Carbon Offsetting Cowboys”, Financial Times, 26 April
2007.
309. Larry Lohmann, “Regulatory Challenges for Financial and Carbon Markets”,
Carbon and Climate Law Review Vol. 3, No. 2, 2009, pp.161-71; “Climate as Investment,” Development and Change (forthcoming).

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